Cuba, yo la añoro

Leonor Fariña nació en Cienfuegos, Cuba, en el sur del país, en una ciudad conocida por su tranquilidad, sus playas y el Castillo de Jagua. Creció asistiendo a una escuela católica y mantiene hasta hoy su fe religiosa.

Desde joven, Leonor vivió los efectos de la Revolución Cubana: presenció fusilamientos y fue testigo de la persecución religiosa y política en las escuelas y en su comunidad. Su familia decidió emigrar por las restricciones del régimen comunista; sus dos hermanas mayores pudieron salir primero, y Leonor junto a su madre permanecieron en Cuba hasta que lograron salir en 1966.

Llegó a Estados Unidos como refugiada cubana y se estableció en Newark, Nueva Jersey, donde vivió inicialmente con sus hermanas y recibió apoyo del sistema de asistencia social. Aprendió inglés asistiendo a clases en su parroquia durante dos años y luego comenzó a trabajar en oficinas y fábricas, superando las barreras del idioma y de la adaptación cultural.

Leonor sigue en contacto con su familia en Cuba, incluyendo tíos y primos, y se mantiene informada de la situación actual del país.

Leonor expresa un profundo agradecimiento hacia Estados Unidos por las oportunidades que le permitió tener, consolidando su identidad como cubana y americana.