Empoderar a las comunidades

Erika nació en Quito, Ecuador y tenía cinco años cuando su padre la subió sola a un avión para venir a Estados Unidos. A su llegada, la realidad de la vida de inmigrante se impuso rápidamente. Erika y su familia vivían bajo la sombra constante del temor de que cualquier paso en falso pudiera conducir a la deportación y la separación. Cuando Erika y su familia finalmente recibieron la tarjeta de residencia, les inculcó un sentido de liberación, pertenencia e identidad. Desde muy joven, Erika asumió roles importantes dentro de su familia, incluido el de traductora y mediadora. La experiencia de Erika con su familia la llevó a oportunidades en la carrera académica que encendieron su pasión por la política y la defensa.

Erika cofundó la Asociación Cívica Ecuatoriana de Belleville (BECA) en 2015 con su difunta hermana Jessica. Su visión para esta organización era cerrar las brechas que veían no sólo dentro de su comunidad local sino también dentro de la burocracia de inmigración. BECA brinda a la población latina e inmigrante un apoyo sustancial, como asistencia educativa, de salud y legal. A través de sus años de trabajo con su comunidad, BECA se ha convertido en un testimonio de su compromiso de empoderamiento, enfatizando que los cambios reales ocurren cuando las comunidades se unen.

Ahora, mientras reflexiona sobre su viaje y los sacrificios realizados a lo largo del camino, Erika considera que sus luchas son fundamentales para su personaje. Pasando de la incertidumbre a una posición de influencia y respeto, su historia va más allá de lograr el sueño americano, sino de redefinirlo y garantizar que su legado sea de servicio, resiliencia y posibilidades infinitas.